ay con esta puta vida
vida extraña que desorienta destino, dios, universo y a mi
vida intensa con demasiadas encrucijadas, salvaje, arrogante, enamorada
y hasta en momentos, una hembra hermosa, dislocada y llena de caprichos

ay, ay con esta puta vida, la mía digo, de tan y tantas extremas vivencias
donde el alma no puede reposar ni siquiera un instante, siempre zamarreada
de contraída a extendida, desinflada a hinchada a punto de estallar
todo de un extremo al otro; tremenda alegría de vivir lo que vive
y de ahí al más pesado y funesto deseo de muerte
de la risa al llanto y luego cae a la pulcra completud y como no queriendo
se va a los océanos más negros, a sus simas heladas, tan profundas
las del sabor a nadie y no ser, ser también siquiera la nada
todo así una y otra vez infinitamente
que muerte y resurgir cuál el pajarraco fénix
se le ha instaurado como un deporte trascendental, semejante al pin pong

ay, ay, ay… ahora está tremenda, fuerte, muy fuerte, descomunalmente fuerte
me traspasa miles de veces, ida y vuelta casi sin parar, quizás con cierta lentitud
pero sin dar tregua y como una aguja con su hilo de plata
artesanalmente me va cosiendo, zurciendo: pedazos, tajos, lonjas, heridas…
con punto cruz, cadena o gusano, el que le sale, el que puede
sin importarle mucho el detalle o la estética
remendándome el alma como a un muñeco de trapo, cosa que así me siento
sosteniéndola con dulzura entre sus manos y su mirada atenta
tierna, concentrada en no dar una puntada mal para no hacerle doler más
se da cuenta que su sangre caliente aún gotea, del despellejo y la carne viva
de los ardores, las quemaduras
parece una madre compungida con su hija en brazos incendiándose

ay, ay, ay… ay y ay no más, con esta vida inmensa, turbulenta, tan sublevada
tan intransigente que fascina, llena de todos los todos, excedida, desbordante
emancipada rayando la anarquía, esta vida, la puta vida mía
que a pesar de los zarpazos, del peso mismo del mundo, de su cruel mordedura
de la hipocresía, la indiferencia, de los desiertos, soledad, lágrimas, abismos
innombrables abismos… que a pesar de todo y todos elijo como mía
y hasta que esté, sea lo que dure, con ella he de seguir
ya que es y ha sido la más humilde, honesta e intensa de la creación
de ella me enorgullezco y lo escribo así

ay con mi vida, puta o no, que si me tocara renacer otra vez
con ella quiero hacerlo, sólo con ella quiero estar
es que el amor ahí sentido y vivido, que aún vivo, nunca más se podría repetir
amo y la amo como siento y la siento, todo tal cual es y con el alma
con estas palabras de amor en voz muy baja lo grito