Las legiones del hombre moderno ignoran todavía que en la litera imperial viaja un emperador muerto. Nicolás Gómez Dávila


Las legiones del mundo moderno
marchan al unísono del paso del ganso,
imponentes ejércitos que hacen vibrar las losas
del recio pavimento;
desde lejos la cúpula del Panteón
cierra el círculo del inmenso paraguas
sobre los héroes caídos en el silencio.

En la puerta del Coliseo
crepita quemándose el piñón del pino real,
y como una imitación del incienso místico;
pretende ocultar con una cortina de humo
las matanzas de inocentes en aquel circo,
la bestia que aúlla por la sangre de la víctima;
la tétrica algarabía del emperador
señalando con el pulgar la suerte del infeliz.

Las legiones del hombre moderno
marchan dibujando su gesto bélico,
la ringlera de estandartes del cónsul
precedida por el báculo del águila imperial;
cierran aquel desfile de triunfo.

Pero el centurión y todos los oficiales
ignoran todavía que en la áurea litera imperial
viaja con ellos un emperador muerto.

Jorge Ángel Luna Rosado
Colombia