Una ardiente regiòn acuñada por mustias estirpes
y azotada por milenios solitarios,
trunca rama creadora de Buendìas alucinados
agradable vividero en el que flotan fieros versos
impregnados con sudor de inefable soledad.

Gabo dice que sus pobladores son los màs tristes del mundo
y yo le creo porque en medio del calor mortal,
en el marasmo implacable de la una de la tarde
siento que la tristeza me sojuzga perversa
con su làtigo negro de cruel dominatriz;
pero de Macondo brota la cumbia alegre
un festival de tambores, caderas y gaitas,
fresco manantial que apaga cualquier melancolìa.

Las saetas de los acordeones nos abren heridas
en nuestros pechos indòmitos y sentimentales,
aquì brota la mùsica vallenata extasiada
bajo el ritmo incandescente del olvido,
sintiendo ardor tropical muy cerca de los nevados.

Archipièlago insomne en el tiempo
Gulag del silencio, amplio espacio olvidado...
las taruyas retan a nenùfares impresionistas
y emerge la ninfa morena con sus nalgas paradas,
acariciando al rìo y consintiendo a la ciènaga tutelar.

Todavìa se encuentra el afilado cascajo
en sus vaporosas calles,
y arenales sinuosos en las esquinas
nos sorprenden los plenilunios vaporosos,
y creemos alcanzar la coqueta luna con la mano
jugamos con melancòlicas garzas
y nos sentamos a hacer la siesta despuès del almuerzo.

¡Y asì de esta forma todos esperamos frenèticos,
una primera oportunidad sobre la tierra!