Todavía la noche es joven
y tú eres la portadora del placer
lo traes hacia mí como una antorcha,
borrando los clichés victorianos
que eran límites para el poema.

El canto de tus alas arrullan el vuelo
aquella hoguera encendida como en Nueve semanas y media
ilumina nuestro ámbito y saltan plateados peces
nos invitan a coronar este instante,
cerca sonríen las flores
festejando el néctar de tu fragancia de almizcle
para exprimir la vendimia
y volver a vivir.

Dejemos correr nuestro torrente más allá del remanso;
es justo ver al corcel desbocado en la meta.

Disfrutemos este instante
mañana quizás seré un charlatán avenjentado
implorando placer a las puertas del crepúsculo
aunque me circunde el dolor,
en medio de mi séquito de medusas
y gorgonas angustiadoras
tengo el gusto de darle un húmedo beso a mi novia
la única que puede borrar mi tristeza
y desatar el volcán que reposa dormido
en mi pecho.

Así serán cultivados para ella estos versos;
cosecha espléndida que nos hace olvidar del teléfono.

Jorge Ángel Luna Rosado
Mayo 28 de 2009
Colombia