Esta tarde ante un teclado, tú supiste del amor
puro, firme y muy sincero de mi humilde corazón,
respondiste con ternura que tenías el temor
de que yo no te quisiera y destroze a tu ilusión.

Nada temas Niña Mía porque tú me haces sentir
que la vida es muy hermosa si nos amamos los dos
y es por eso que te he dicho que contigo he de vivir
como viven los que se aman con la bendición de Dios.

Con palabras muy sencillas pero llenas de pasión
estuvimos platicando por un instante tú y yo,
me contabas que sentías a tu hermoso corazón
palpitar emocionado porque al fín se enamoró.

Y de pronto un aguacero que de las nubes cayó
fué el culpable de que acabe la dulce conversación,
pero nuestros corazones, lo sabemos tú y yo,
latirán acompasados con el mismo diapasón.

Me dijiste con tristeza que te ibas a retirar,
con ternura me pediste que me cuide para tí
y tu "te amo" en la pantalla mis ojos vieron brillar
como brilla en mi memoria tus deseos para mí.

Amor mío, Niña Mía, que has logrado disipar
la tristeza de mi vida entregándome tu amor,
si mañana muy temprano te vuelves a conectar
hallarás este poema junto a un beso y una flor.
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Mariano Bequer.
Maracaibo, 22/09/06