Esgrimo la paciencia del morrocoy
vistiendo con la astucia de la iguana
y si me da la gana
voy y vengo, vengo y voy.

Desató de las nubes su aguacero
cumpliendo con las normas emotivas
bañando de aguas vivas
a todo lo que quiero.

Y, siendo que prefiero
versar a recitar,
escribiré silencios pletóricos de ausencias
entre vulgar palabra y tantas magnas ciencias.

Y la verdad esquiva
-que muéstraseme altiva-
se volverá modesta postrándome su esencia
y dándome el saber, se tornará conciencia.