Una lágrima corrió por tu mejilla
y no lo pude evitar.
No fué un sueño, fué una horrible pesadilla
que no he podido olvidar:

Una tarde me encontré con un amiga
de mi niñez escolar
y ella dijo: -Hola amigo que Dios te bendiga
porque te pude encontrar.

Se acercó y me entregó un tierno beso
que fué sin mala intención.
Y me dijo que su padre estaba preso
por una injusta razón.

Así fué que la viste a mí abrazada
pidiéndome por favor
que le ayude y no la deje abandonada
ante el juzgado mayor.

Le ayudé y ahora se siente contenta
porque su padre salió.
Sin embargo ella ahora se lamenta
porque tu amor me dejó.

Una lágrima ha nublado a mi pupila
por haber hecho un favor.
Nada temas, puedes tú vivir tranquila
porque mi amor no es traidor.
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Mariano Bequer.
Maracaibo, 31/07/04